lunes, 15 de abril de 2013


Controlando su dolor (I)

control¿Cómo entender su dolor?Lidiar con el dolor puede ser el aspecto más difícil de tener artritis o una condición relacionada. Sin embargo, puede aprender a controlar el dolor y limitar el efecto de éste sobre su vida. El primer paso consiste en averiguar qué tipo de artritis o condición presenta, ya que esto le ayudará a determinar el tipo de tratamiento a seguir. El primer paso, previo al aprendizaje de técnicas para controlar su dolor, es entender algunos conceptos importantes sobre el mismo.
No todo dolor es igual
De la misma manera que existen diferentes tipos de artritis, también existen distintos tipos de dolor. Incluso su propio dolor puede variar de un día a otro. Cada individuo precisa un plan personal para controlar el dolor. Aquello que le funciona a uno puede no servirle a otro. Es posible que deba probar varios tratamientos antes de encontrar el adecuado para usted.
El propósito del dolorEl dolor es el sistema de alarma del cuerpo que le advierte que algo anda mal. Cuando su cuerpo se lesiona o se encuentra batallando enfermedades como la artritis, los nervios del área afectada liberan señales químicas. A su vez, otros nervios envían estas señales a su cerebro, donde son interpretadas como dolor. A menudo, el dolor indica que debe actuar. Por ejemplo, si toca una estufa caliente, las señales de dolor que emite su cerebro hacen que retire la mano. Este tipo de dolor le ayuda a protegerse. El dolor crónico y persistente, como el que acompaña a la artritis o a enfermedades afines como la fibromialgia, es distinto. Si bien este dolor le informa que algo anda mal, no siempre es tan fácil aliviarlo. No obstante, controlarlo, es esencial para mejorar su calidad de vida.
Causas del dolorEl dolor de la artritis o enfermedades afines es originado por varios factores, tales como:
• Inflamación, lo que causa enrojecimiento e hinchazón en sus articulaciones.
• Lesión de los tejidos articulares, que se produce a medida que se desarrolla la enfermedad, o debido a la tensión, daño o presión sobre las articulaciones.
Además de los cambios físicos, las fluctuaciones emocionales y la fatiga pueden aumentar su dolor. Cada persona reacciona de manera diferente al dolor y su reacción puede depender del grado de sensibilidad que su cuerpo presente ante éste. Si se siente deprimido o estresado porque su capacidad de movimiento está limitada o porque ya no puede efectuar alguna actividad que le gusta, es probable que perciba el dolor peor de lo que es en realidad. Puede quedar atrapado en un ciclo de dolor interminable, pérdida o limitación de sus capacidades físicas, estrés y depresión, dificultando el proceso para controlar el dolor y la artritis en general. Sin embargo, existen consejos que puede seguir para ayudarle a disminuir el dolor.
Cómo su cuerpo controla el dolorLas señales de dolor viajan a través de un sistema de nervios localizados en las extremidades, médula espinal y cerebro. Cuando experimenta dolor, su organismo trata de detener su avance al producir sustancias químicas que le ayudan a bloquear esas señales de dolor que viajan a través de los nervios. Diversos factores, tales como sus propios pensamientos y emociones, hacen que el cuerpo produzca sustancias que tratan de eliminar el dolor, como las llamadas endorfinas. Por ejemplo, un padre de familia que se ha lesionado en un accidente de tránsito, tal vez no sienta el dolor provocado por una fractura de brazo debido a que se encuentra muy preocupado por el bienestar de sus hijos. Esta preocupación genera la liberación natural de endorfinas, mismas que interfieren con la señal de dolor e impiden que el padre se dé cuenta de su propio dolor.
Controlando su dolorUsted puede controlar su dolor al tomarlo como una señal que necesita mejorarse mediante acciones positivas. Más adelante se describen ejemplos de ello.
Tome las RiendasSu mente juega un papel importante en la forma en que percibe el dolor y responde a la enfermedad. Utilice los siguientes consejos para crear una sensación de control personal por medio de la adaptación de sus pensamientos y acciones.
Mantenga una actitud positiva: La artritis podría limitar algunas de las actividades que realiza, pero no tiene por qué controlar su vida. Una manera de reducir su dolor es centrar su vida en torno al bienestar y no en torno al dolor o a la enfermedad. Esto implica mantener pensamientos positivos, tener sentido del humor, seguir una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente, rodearse de personas positivas y disfrutar de actividades con sus amigos y familia. También implica seguir su plan terapéutico, tomar los fármacos adecuadamente y practicar técnicas de relajación.
 FACTORES QUE INFLUYEN EN EL DESARROLLO DEL DOLOR
¿Qué puede empeorar su dolor? 
• Aumento de la actividad de la enfermedad
• Problemas emocionales o físicos
• Concentrarse en el dolor
• Fatiga
• Ansiedad
• Depresión
¿Qué puede hacer para bloquear las señales de dolor? 
• Actitud positiva y pensamientos placenteros
• Rutina adecuada de ejercicios
• Técnicas de relajación
• Fármacos
• Masajes
• Distracción
• Analgésicos cutáneos
• Buen humor
• Tratamientos de frío y calor
No se concentre en el dolor: ¿Con qué frecuencia piensa en su dolor? El tiempo que dedica a pensar en el dolor está directamente relacionado con la incomodidad que siente. Los individuos que están inmersos en su dolor tienden a sentirlo con más intensidad que aquellos que no lo están. Una manera de alejar su mente del dolor es centrarse en alguna otra cosa.
Cuanto más se enfoque en algo externo a su cuerpo, como por ejemplo un pasatiempo u otra actividad, menos se preocupará de su molestia física. Si no puede evitar pensar en el dolor, trate de pensar en él de una manera diferente. Piense en el dolor como en un mensaje de su cuerpo para hacer algo distinto. Por ejemplo, si su dolor empeora después de permanecer sentado por un periodo de tiempo, su cuerpo podría estarle diciendo que debe levantarse y moverse un poco.
Háblese así mismo de manera positiva: Lo que nos decimos a nosotros mismos a menudo determina lo que hacemos y la forma en que enfrentamos la vida, este proceso se llama “autodiscurso”. Por ejemplo, usted puede volver a su casa del trabajo y pensar, “Hoy no quiero hacer ejercicio. Hace mal tiempo y no tengo con quien caminar, y además, ya hice ejercicio dos veces esta semana”. O quizás, pueda enfocar la situación desde una perspectiva positiva y pensar, “Hoy no tengo ganas de hacer ejercicio, pero sé que después, me voy a sentir mejor y me voy a quedar dormido más fácilmente”.
Los mensajes negativos pueden dar origen a un dolor más intenso, mientras que los mensajes positivos pueden distraerlo y disminuir su dolor. Cambiar un autodiscurso negativo por uno positivo es todo un desafío. Para lograr este cambio, le recomendamos que siga estos tres pasos:
1. Haga una lista de los pensamientos negativos en los que se enfoca en su autodiscurso.
2. Cambie cada pensamiento negativo por uno positivo. Por ejemplo, “Estoy cansado y no tengo ganas de ir al grupo de apoyo, pero si no voy puedo perderme algunas recomendaciones útiles como las que aprendí el mes pasado. Siempre puedo irme de la reunión un poquito antes.”
3. Háblese a sí mismo con pensamientos positivos. Al principio puede resultarle difícil, pero rápidamente descubrirá el impacto positivo que estos pensamientos pueden tener.
Estos dos ejemplos ilustran el enfoque del autodiscurso y cada uno puede afectar el modo en que percibe el dolor. Los mensajes negativos pueden conducirle a sentir más dolor, mientras que los mensajes positivos le pueden ayudar a distraerse

No hay comentarios:

Publicar un comentario